Estamos concienciados con la importancia de la alimentación y cómo afecta ésta a nuestra salud. Nos preocupamos por que el cultivo se realice de manera ecológica, sin pesticidas o insecticidas y elegimos con cuidado los alimentos que vamos a comprar según su composición. Pero, ¿qué pasa con la ropa que usamos todos los días? La industria textil utiliza más del 20% de los productos tóxicos utilizados en el mundo y al ponernos prendas fabricadas con ellos, estamos en contacto con sustancias que perjudican nuestra salud. En este artículo veremos qué sustancias tóxicas se aplican y veremos alternativas para vestirnos de manera más saludable.
Algodón
El algodón es la fibra textil natural más común para la fabricación de ropa, esto se debe a que es liviana, transpirable, fácil de lavar y confortable. Estas cualidades la convierten en un básico de cualquier armario y en un imprescindible para cualquier clima, tanto fríos como cálidos.
Las prendas de algodón convencional se cultivan añadiendo sustancias tóxicas al suelo, como pesticidas, plaguicidas, fertilizantes, etc. Estás sustancias no solo contaminan el medioambiente, sino que también están presentes en el algodón con el que se fabrica la prenda que después está horas en contacto con tu piel.
Y ante esta situación siempre hay alternativas que cuidan del medioambiente y de tu piel: escoger algodón orgánico. Al algodón orgánico no se le expone a tóxicos y se recolecta a mano, haciendo que las fibras sufran menos daño durante el proceso y conserven su pureza, obteniendo fibras de más calidad. Como resultado, se obtienen prendas de algodón más suaves y duraderas.
En la producción de algodón orgánico se evita el uso de fertilizantes a través de la rotación de terrenos de cultivo, conservando de este modo los nutrientes de la tierra. Para el control de plagas se utilizan otros insectos que acaban con ellas. Y por último, durante la producción del algodón no se utilizan químicos tóxicos para su acabado, como los tintes, que suelen aplicarse tintes naturales.
Productos impermeables
Las prendas, como abrigos o calzado, por sí solas no tienen capacidades impermeables que eviten que líquidos como el agua las atraviese. Para ello, hay que someterlas a un proceso impermeabilizante aplicándolas un recubrimiento que les dé esa capacidad.
En el caso de las prendas de poliéster se utilizan Perfluorados (PFOA) para darle la propiedad impermeable. Este es el mismo componente que se añade a las sartenes antiadherentes y en el caso de las sartenes la industria ya lleva años avisando de que no se utilicen y se han desarrollado nuevas alternativas, pero en cambio lo seguimos usando en la ropa que nos ponemos. Este compuesto no solo provoca irritaciones en la piel, sino que un estudio realizado por Human Reproduction ha publicado que en las mujeres embarazadas se acumulan en el feto produciendo que los niños nazcan con bajo peso y problemas en los riñones.
Ya existen impermeabilizantes sostenibles libres de estas resinas perjudiciales y cuyos orígenes naturales son respetuosos con el medioambiente y con tu piel. A la hora de comprar un impermeable hay que fijarse bien en que la etiqueta indique ‘Sin Flúor’. Para encontrar este tipo de prendas es más fácil acudir a marcas de ropa sostenible ya que su compromiso por el medioambiente y la salud de las personas les hace estar informadas y que apuesten por este tipo de soluciones.
Tintes
Los tintes suelen ser los compuestos más contaminantes, tanto para el medioambiente como para la salud de los trabajadores, hasta el punto de que los colorantes azoicos pueden causar daños en el ADN. Estos colorantes azoicos no son una única sustancia, sino un grupo de unas 3.000 sustancias sintéticas diferentes, que se venden muy baratos y representan el 65% del mercado mundial de los colorantes. En la mayoría de las investigaciones, los tintes han causado reacciones alérgicas a la piel, Pero no solo eso, sino que un nuevo trabajo publicado en Environmental Research habla sobre cómo bajo determinadas circunstancias, las prendas pueden suponer un riesgo para la salud de las personas y que estos riesgos no están debidamente recogidos en las legislaciones textiles.
Los componentes tóxicos están regularizados y se permite su uso en la ropa porque están categorizados como que en pequeñas dosis son inofensivos. El problema reside en que no nos exponemos sólo a uno durante poco tiempo, sino a varios a la vez durante horas. De esta manera, nuestro cuerpo acumula estas sustancias y sin darnos cuenta, cada vez más personas desarrollan sensibilidades químicas, pieles sensibles o alergias. Otros productos que se aplican a la ropa, como los alquilfenoles, alteran las hormonas y se les ha relacionado con problemas de fertilidad.
Utilizar tintes naturales es la solución más obvia ante esté problema y cada vez es más fácil encontrar prendas que los utilizan. Estos tintes naturales se obtienen de compuestos orgánicos extraídos de plantas, insectos y minerales, y debido a sus propiedades químicas son capaces de teñir fibras naturales como el algodón, yute, lana, cáñamo, seda, etc. Estos tintes suelen ser ecológicos y sostenibles y sus colores extraídos de plantas transmiten naturalidad, favoreciendo los diferentes tonos de piel con la armonía de sus colores.
Cuida de tu piel
Para asegurarnos de que una fibra es natural y orgánica existe la certificación GOTS (Global Organic Textil Standard) con unos criterios muy estrictos en cuanto al tejido, tintes, utilización de sustancias no peligrosas y respeto y mejora de las condiciones laborales.
Otra certificación es Oeko-Tex, acepta el uso de fibras no naturales como el poliéster, pero que no utilicen químicos nocivos para las personas. Para adquirir esta certificación la producción ha de ser sostenible y los productos utilizados ecológicamente seguros tanto para las personas como para el medioambiente.